María Antonia vive sus recuerdos con emoción, con alegría, con la satisfacción de una vida en historias plena, que inunda su mente de nostalgia en el repaso que la memoria le ofrece
Hace 62 años nacía en Torredonjimeno, Jaén, una niña llamada a ser feliz en un hogar humilde, de gente honrada y trabajadora, que hacía todo lo posible por vivir con dignidad aquellos años en los que las zonas rurales estaban muy lejos del boom de la España aperturista.
La vida en historias es una apelación a la memoria, al recuerdo, a todo aquello que hace de la persona su propia vida. La vida en historias es el empeño de sacar del anonimato a quienes viven la diversidad, transitan por su defensa y se emocionan con todo aquello que nos hace únicos, singulares, irrepetibles: lo vivido.
La vida de María Antonia es una historia de recuerdos, apoyados en algunas fotografías que conserva con cariño, y en los que cada paso de su vida hoy es un episodio que se resume rápido, aunque los días pasaran lentos.
Habla María Antonia con la sonrisa en el rostro de su vida en historias. Historias de su infancia, de los juegos con su hermana, de su escuela y de sus maestras, de su primera Comunión ante la Virgen de la Cabeza en Sierra Morena, de los días con sus padres, de sus amigas inolvidables, de cuando entró como aprendiz en un taller de costura, de cómo vivió el “amor” cerca de Pablo con el que fue a bailar a Jaén, a pasear de la mano y a recibir besos en la mejilla, de su fe y participación en celebraciones y festividades, pero sobre todo, de cómo disfrutó de su familia.
La vida en historias de María Antonia encontró su prolongación un día en la Residencia de Adultos Beato Medina Olmos, casi cuando se inaugura este centro en 1993, donde afirma encontrarse tan querida y feliz como lo son sus memorias de su Torredonjimeno natal.
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