¿Qué es una emoción? ¿Para qué sirven las emociones? ¿Conocemos cuáles son nuestras emociones?
Estas son preguntas que nos hemos hecho en algún momento, y que cada persona le da un significado propio, no obstante, quizá no sea tan importante saber lo que es una emoción, o para qué sirven, si no las reconocemos antes en nosotros/as, o aquello que provoca que “salte” una emoción.
Una EMOCIÓN es un proceso fisiológico que nos prepara para adaptarnos y responder al entorno siendo su función principal la adaptación, es decir, la supervivencia. Cuando surge una emoción es porque el equilibrio que la mente mantiene se ha roto, por diversos motivos. Es una alarma interna que nos informa de que este equilibrio se ha quebrado, siendo la mayoría de las veces por factores externos, muchos de ellos de nuestro día a día. Unos ejemplos: un camarero no nos atiende en un bar; un amigo/a hace algo que no es de tu agrado; un padre le regaña a su hijo; la muerte de un familiar…
Las emociones vienen siempre acompañadas por nuestros PENSAMIENTOS. Estos son los que le dan el carácter positivo o negativo a las emociones, ya que éstas no son ni negativas ni positivas, ni buenas ni malas. Miedo, enfado, tristeza, sorpresa, asco y alegría son según diferentes autores las seis emociones que tiene el ser humano, y es de destacar que depende del pensamiento que se le asocie a cada emoción, va a dar lugar a un SENTIMIENTO el cual va a determinar nuestro estado de ánimo… curioso ¿verdad? Esto nos lleva a pensar que una emoción al producirse por un proceso fisiológico, no puede ser controlada, sin embargo nuestro pensamiento sí que podemos gestionarlo, y generar el sentimiento que nosotros necesitemos en cada momento.
Por lo tanto, el gestionar nuestros pensamientos en diferentes situaciones de desequilibrio interno/externo, según la intensidad, el lugar y el contexto, es lo que conocemos como INTELIGENCIA EMOCIONAL.
La Inteligencia Emocional según Daniel Goleman, es “la capacidad de reconocer, aceptar y canalizar nuestras emociones para dirigir nuestras conductas a objetivos deseados, lograrlos compartirlos con los demás”. Es algo tan importante como aprender a atarse los zapatos, llevarse el tenedor a la boca, etc. Tiempo atrás hemos invertido nuestro tiempo e importancia en la autonomía e independencia basada en el entrenamiento de actividades básicas, instrumentales y avanzadas de la vida diaria, sin pensar más allá. Actualmente entendemos a la persona como un todo, uniendo su cara racional con su cara emocional. Esto sugiere que debe de haber un equipo multidisciplinar donde las funciones del Terapeuta Ocupacional, Fisioterapeuta, Psicólogo/a, Musicoterapeuta, Educadores, Experto en Inteligencia Emocional, etc; se complementen entre unos y otros para ofrecerle un desarrollo a la persona como un todo.
Una persona con discapacidad, presenta un déficit en el desarrollo de alguna de las inteligencias que forman las inteligencias múltiples. Howard Gardner, profesor de la Universidad de Harvard, escribió un libro en 1983, llamado “Estructuras de la mente”, en el cual expuso la Teoría de las Inteligencias Múltiples, donde defendía que la inteligencia académica(obtención de titulaciones y méritos académicos) no era un factor decisivo para conocer la inteligencia de una persona, y de ahí determinó 8 tipos diferentes de inteligencias:
- Lingüística
- Lógico-matemática
- Espacial
- Musical
- Corporal-Kinestésica
- Intrapersonal
- Interpersonal
- Naturalista-ecológica
Esto significa un cambio de paradigma en el ámbito de la discapacidad, ya que el concepto que antes se tenía sobre una persona de si era “tonta” o “lista”, desaparece al comprender que cada persona tiene desarrolladas unas inteligencias más que otras. Es de vital importancia comprender esto, ya que nuestra intervención con las Personas con Discapacidad va a ir determinada según el objetivo a conseguir, pudiendo variar desde el desarrollo de la inteligencia espacial para saber moverse por su entorno, lógico-matemática para realizar compras en su entorno, o utilizar la inteligencia que tenga más desarrollada para el aumento de motivación, buscando la satisfacción y desarrollo personal.
En Personas con Discapacidad Intelectual, el cerebro puede encontrarse con áreas dañadas, provocando que las conexiones que dan lugar a las emociones estén alteradas, y la conducción de impulsos nerviosos, segregación de neurotransmisores, tiempo de respuesta se encuentren afectados, produciendo una respuesta anormal en las reacciones fisiológicas que se dan en el cuerpo. Por ello es importante tener en cuenta varias cuestiones. Una de ellas la hemos nombrado, y es conocer las inteligencias múltiples, para trabajar desde todas ellas, para que puedan dar lugar a nuevas conexiones cerebrales que puedan adaptar las respuestas y aprendizaje en los diversos ámbitos.
Por otra parte, el conocer cuáles son las emociones, cuando emergen en la persona, qué las están provocando, y saber qué pensamientos les estamos uniendo, es de vital importancia para la persona, ya que es un trabajo de introspección, de toma de conciencia, de tomar las riendas de su vida…provocando que se conozcan a sí mismos y puedan ser cada vez más dueños de sus intenciones y responsables de sus acciones.
Desde la Asociación en favor de las Personas con Discapacidad Intelectual “San José”, se ha formado en Inteligencia Emocional, Coaching Personal y Coaching Ejecutivo a diferentes profesionales, desde atención directa hasta puestos directivos y área social, para mejorar en primer lugar la atención a las personas con discapacidad, hacer que nuestros trabajadores y trabajadoras trabajen gustándole lo que hacen, influir de forma positiva en las familias de las personas con discapacidad…es decir, hacer más felices a las personas.
Podemos contar la experiencia de un grupo de personas expertas en Inteligencia Emocional para niños, las cuales tuvieron la suerte, siendo pioneros en el ámbito de la discapacidad, de realizar un taller de inteligencia emocional para pre-adolescentes con alumnos/as del Colegio pedagógico Ntra. Sra. De La Esperanza de nuestra asociación. Pudimos observar como con tan pocos años de experiencia en su vida, tienen cicatrices emocionales abiertas, causantes, en algunos de los casos, de trastornos de conducta, rabietas incontroladas, una personalidad demasiado introvertida, etc. La raíz de estos problemas se viene marcada por varios factores: cuando hay una emoción que no se sabe expresar, baja tolerancia a la frustración, no tener las herramientas necesarias para pedir algo….Por todo ello, la Inteligencia Emocional dota de las herramientas necesarias para reconocer y comprender sus emociones, tener empatía, tomar decisiones, construir y mantener relaciones, evitar una rabieta….
Un reciente estudio de investigadores de la Universidad de Columbia Británica, publicado este año, asegura que los centros educativos que incluyen en sus programas asignaturas relacionadas con el aprendizaje social y emocional para los jóvenes, no solo les hace mejorar su salud mental, sus habilidades sociales y sus resultados académicos, sino que les sigue beneficiando años después. Para el estudio, se analizaron los resultados de diferentes programas relacionados con la inteligencia emocional en el que involucraron a más de 97.000 estudiantes de educación primaria y secundaria en Estados Unidos, Europa y Reino Unido (niños de edades comprendidas entre los 5 y 13 años), cuyos efectos fueron evaluados medio año después de terminar los programas. Los investigadores llegaron a la conclusión de que el aprendizaje socioemocional continuó a largo plazo proporcionando efectos positivos a estos jóvenes, tanto en la época estudiantil como en sus vidas fuera del entorno educativo.
En concreto, los resultados reflejaron que el consumo de drogas y los problemas de conducta fueron un 6% por ciento más bajo en los estudiantes que participaron en los programas, las tasas de arresto fueron un 19% también más bajas y los diagnósticos de trastornos de salud mental en un 13,5% más bajos. Además, los participantes se graduaron en la Universidad en una tasa de un 1% más que la de los alumnos que no lo hicieron.
Por lo tanto, la línea de trabajo que la Asociación San José pretende seguir está marcada por este camino, ya que “No vemos a las personas sólo como son, sino por lo que podrían llegar a ser”.
Alejandro Varón Sánchez
Director de Escuela Hogar San José y Residencia de adultos Acci
Experto en Inteligencia Emocional para niños
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