Decía Plinio el joven, escritor y político de la Roma clásica que ‘mi hogar es donde habita mi corazón’, y ese es el concepto clave para entender el paso de nuestros chicos y chicas por la Escuela Hogar San José

Se lleva el paso del año el curso escolar y es momento de pensar en vacaciones. Aunque en nosotros queda prendida la sensación de que en todo este tiempo ‘mi hogar es mi escuela’, y mi escuela es el sustento de mi crecimiento.

Atrás se han quedado las vivencias y, por la manera en que despedimos esta ya vieja etapa académica, no ocurre de igual manera en el corazón de quienes hemos vivido este año intenso. Las vivencias siguen ‘vivas’ en nuestros corazones.

La clausura del curso de la Escuela Hogar San José vuelve a ser un torrente de sensaciones con las que expresar la alegría de vivirlas juntos, y con cierta nostalgia por la despedida.

El acto ha sido tan entrañable como divertido. Después de la entrega de becas nuestros chicos y chicas han dado lo mejor de sí mismos en un desfile de modelos pleno de arte, de gracia, de gestos imborrables y de emotividad.

Ahora toca no compartir el hogar físico entre la casa y la Escuela, aunque nos vamos con la lección aprendida de que mi hogar es mi escuela pues es donde habita mi corazón.