Algo tan normal como ir darse un baño o disfrutar del sol a la orilla del mar puede ser una gran barrera para las personas con discapacidad

Decir sí a la playa es poner remedio a las barreras. Las playas adaptadas son el recurso más oportuno para normalizar tanto en los hábitos comunes como con las necesidades de ocio y recreo de cualquier persona.

Por ello, con cierta periodicidad, un viaje a la costa se convierte en un bálsamo para recuperar energías.

La más cercana está en Aguadulce. Es una de las de más ocupación de Andalucía y dispone de todo lo necesario para calificarla como accesible.

Un día cerca del mar es un sí a la playa al que ni podemos ni queremos renunciar.