Si vuelves a casa tan feliz como te fuiste, has tenido unas buenas vacaciones y así pones medida al provecho del tiempo empleado en ellas
Las vacaciones son un lapsus en lo cotidiano que tienen como principal objetivo rehacer la emoción de disfrutar del día a día. En la costa del sol han sido unos días viendo el mundo desde arriba de la desinhibición, y empapándonos del agua de muchas sonrisas. Hemos estado en Torre y Molinos.
Lo de vacaciones viene del latín ‘vacatio’ y se refiere a la dispensa o exención, en este caso del ‘negocio’, que es la negación del ocio.
En ese ocio, se van sumando ‘tics’ que nos hacen más placentero el tiempo de ‘vacatio’.
Torre y Molinos, en plena costa del sol, no deja…
Te liberas del estrés
Te alejas de la rutina habitual y planeas tu tiempo despejado de compromisos, de objetivos, de compromisos.
Dejas a un lado las obligaciones y la preocupaciones asociadas.
Recuperas energía
La rutina te esclaviza en la monotonía y vas consumiendo tu vitalidad sin ser consciente de ello.
Disfrutas de experiencias distintas
Abres la puerta a muchas cosas que no tienen cabida en otro momento y le dan diversidad a tu vida. Te haces más rico, y lo mejor es que se produce sin darte cuenta.
Tienes más tiempo para ti
Consumes los minutos de cada hora cuidándote y haciendo lo que te gusta.
Mejoras tus relaciones personales
Hacemos más estrechos los lazos con las personas importantes de nuestra vida.
Compartimos experiencias y disfrutamos de ratos que luego se quedan en la memoria colectiva de quienes hemos pasado ese tiempo juntos.
Todo eso es lo que nos ha ofrecido Torremolinos. Nuestra Torre y Molinos de disfrute y agua, aunque las vacaciones comenzaron en el preciso instante en que empezamos a hablar de ellas. Conforme las fuimos planificando ya eran vacaciones en Torre y Molinos.