La experiencia como punto de partida es el itinerario que marca cada programación de cada curso, como en cualquier centro educativo, en el Colegio de Educación Especial Nuestra Señora de la Esperanza con el objetivo de educar entre todos
Esta semana comienza el curso escolar, y las aulas van llenando el vacío de silencios que deja el verano.
Nunca se deja, jamás se olvida el desarrollo personal, y ahora es el momento de retomar el itinerario académico para los alumnos y alumnas, y para los profesores y profesoras que llevan unas semanas preparando el comienzo.
Este septiembre abre sus puertas con el lema ‘Educar entre todos es mejor’. Una expresión que no marca un antes y un después, sino que reafirma convicciones que se asientan en la labor continua, año tras año, desde que se abrieran las puertas del colegio en 1974.
El compromiso de los profesionales del Colegio hace que se orienten aquellas reflexiones personales hacia la puesta en común en claustro y, desde ahí, con la premisa presente de educar entre todos, diseñar las aspiraciones y objetivos de cada nuevo curso escolar.
Estas conclusiones, que emanan de la experiencia personal, la capacidad docente, la formación continua y el compromiso mencionado, no llegaría a completarse eludiendo las inquietudes y realidades de nuestros alumnos y alumnas. De ahí lo de ‘educar entre todos’.
Manuel Hernández es el director del centro, y hace ofrece una perspectiva sobre lo que supone el comienzo, la realidad del Colegio y la programación académica. Actualmente el claustro de profesores cuenta con un número de 24 y, además, los alumnos y alumnas están asistidos por un terapeuta ocupacional, dos psicólogos, dos logopedas y dos fisioterapeutas. El potencial humano del centro conjuga experiencia y juventud como valores indispensables para garantizar una enseñanza eficiente y, así, lograr el fin de educar entre todos.
Este curso 2018-19 han sido matriculados 75 alumnos y alumnas de entre seis y 20 años, divididos en dos etapas: la Enseñanza Básica o Formación Básica Obligatoria hasta los 16 o 18 años en función de las particularidades de la persona, y el Programa para la Formación de la Vida Adulta y Laboral los cursos restantes.