La medicación en personas con discapacidad intelectual

Texto adaptado a Lectura Fácil

Las personas con discapacidad necesitan medicinas
para mejorar su calidad de vida,
aunque también provoca algunos efectos
que pueden llegar a perjudicarlas.

Por eso es importante
que la persona haga todo el ejercicio que pueda, y
que coma sano para evitar engordar.

Si no se cuidan estas cosas
será necesario buscar medicinas para tratarlas, y
así se aumenta el número de medicinas
que debe tomar cualquier persona.

En cualquier caso, y
sabiendo que las medicinas ayudan a la persona a estar sana,
se debe intentar que se tomen las justas y
que sean las menos posibles
para evitar esos efectos.

Por eso,
evitando engordar y
con una vida sana
reducimos el número de medicinas necesarias.

Cuando una persona toma muchas medicinas
se dice que está polimedicada.

Se consideran muchas medicinas
cuando son más de 5 al día, y
el tratamiento dura más de 6 meses.

(Este texto es solo un resumen de la primera parte del artículo)

La discapacidad es la condición de una persona que presenta un trastorno físico, mental o sensorial que altera el desarrollo normal de su actividad cotidiana, lo que conlleva unas condiciones médicas con una gran variedad de síntomas, que causan una limitación funcional o bien afectan a la calidad de la vida diaria y que requieren de medicación para controlarlos, con los beneficios que comporta, pero también con los efectos secundarios que tiene.

En nuestra Asociación le damos mucha importancia a que la persona discapacitada no lleve una “vida sedentaria”, siempre valorando sus posibilidades, y que tenga una dieta equilibrada para evitar la “obesidad”, lo que lleva a prescribir dosis menores de medicamentos, en algunos residentes y según patologías.

imagen mano con pastillasGeneralmente por falta de tiempo en consultas médicas, falta de especialización y formación sobre la discapacidad y la falta de conocimiento de estas personas, puede favorecer que se paute medicación inadecuada, aunque no hay que olvidar que cada persona es diferente y no es fácil conocer la respuesta terapéutica, ni realizar un correcto seguimiento en estos pacientes.

Las personas con discapacidad intelectual, independientemente del grado que sea, pueden tener una medicación excesiva (están polimedicadas), ya que suelen presentar varias patologías crónicas que requieren tratamientos farmacológicos.

Un enfermo polimedicado es el que toma más de cinco medicamentos al día durante más de seis meses, independientemente de que sean fármacos prescritos por el médico, complementos nutricionales, productos de herbolario o automedicación.

Los problemas de la polimedicación suelen darse:

– Si no se cumple correctamente el tratamiento.

– También porque suele haber varios médicos prescriptores de distintas especialidades y no se les informa de los tratamientos del resto de especialistas,

– A veces se superponen tratamientos al no administrarlos bien tras el cambio que realiza el médico, siguen sin eliminar los antiguos.

– La automedicación, sin conocer los efectos adversos (no se da en nuestra Asociación).

– Pueden existir alteraciones en el metabolismo del fármaco por la edad tardando más en eliminarse o absorbiéndose de forma más lenta.

– Hay que valorar todos los medicamentos que se está tomando y ver si son compatibles entre sí o bien puede haber interacciones entre ellos, es muy importante, sobre todo si se van a tomar durante un periodo largo de tiempo, que se estudien los efectos secundarios, comprobar que se toman de forma correcta y a las horas pautadas.

imagen de capsulas de pastillas con cara de emoticonos

Para mejor control se debería de:

  • Tener un listado con las dosis y horas de las tomas.
  • Utilizar pastilleros con espacios para las distintas tomas y días.
  • Cuando se vaya a cualquier consulta médica o a hospital llevar listado con toda la medicación que se toma habitualmente.
  • Si hay cambio de tratamiento, eliminar los fármacos que se hayan suprimido.
  • Vigilar si aparecen síntomas que nos hagan pensar que hay algún problema por los fármacos administrados.
  • Evitar la automedicación, aunque la patología que aparezca sea leve, sólo el médico puede poner el tratamiento más adecuado para esa dolencia teniendo en cuenta el resto de patologías y el tratamiento que toma.
  • Consultar al facultativo si aparecen signos o síntomas que anteriormente no tenía (residentes que se van a sus casas en vacaciones y escolares).

pastilleroLos pacientes polimedicados deben tener controles periódicos para ver si están siendo efectivos, y para controlar posibles efectos adversos en el organismo, para continuar o sustituir esos medicamentos (importancia de, al menos, analíticas periódicas).

La mayoría de pacientes se medican diariamente, y en muchos casos consumen   medicación psiquiátrica a diario, a veces sin tener un diagnóstico, pero usados para controlar la conducta. Y esto se debe a que muchos de estos sujetos tienen un trastorno mental asociado (conductuales, psicóticos, trastornos del espectro autista, etc.) y necesitan medicación (la mayoría de las veces antiepilépticos y neurolépticos).

A veces se mantienen medicaciones y se van poniendo nuevas probando cómo funcionan o no, en el organismo de la persona, pudiendo provocar interacciones medicamentosas y efectos secundarios como el estreñimiento, somnolencia, mareo, confusión, hipertensión arterial, diabetes, insuficiencia renal, temblor, exantema, hepatitis, etc.

Por lo que además de la medicación para los problemas mentales, estas personas precisan de otros fármacos como los destinados a combatir el estreñimiento, problemas gástricos, hipertensión, problemas bucales, alteraciones del lenguaje, del sueño, de la visión, osteomusculares, para patologías cardiovasculares, etc.

También hay que tener en cuenta que muchos de los fármacos utilizados pueden ser incompatibles entre sí y no tienen un seguimiento del especialista.

La escasez de información es muy importante, ya que la mayoría de pacientes y/o cuidadores, no conocen con seguridad el grado de discapacidad, antecedentes genéticos, y muchas veces ni datos básicos como la altura, peso, y otras informaciones relevantes  sobre el paciente, ya que por evitar traslados a consultas,  realizar estudios clínicos básicos, “ no causarle sufrimiento ni alterarlo”, o bien no “molestar en las salas de espera o en las consultas”, se omiten valores tan importantes a la hora de prescripción de medicamentos y se recetan a ciegas sin saber el daño que le pueden causar.

engranajes

Se debería de realizar un mayor esfuerzo por examinar , diagnosticar y tratar correctamente al paciente, tanto por parte de los profesionales sanitarios,  a los que muchas veces les falta formación, información  y paciencia para tratar a las personas discapacitadas  correctamente , como a familiares y cuidadores que a veces creen que emplear su tiempo y esfuerzo en una buena evaluación y diagnóstico para un tratamiento adecuado les supone un problema, dejando de hacerlo, y piensan que con realizar  ellos la consulta, presencial o telefónica es suficiente.

pastillas y dineroEs muy importante mejorar la atención sanitaria de las personas con discapacidad, actualmente es «deficitaria», tanto por la dificultad de los profesionales para poder entender a estos pacientes y a ellos porque muchas veces no saben o no pueden expresar dolor, ni otra sintomatología, lo que supondría realización de pruebas diagnósticas con el coste de personal, de tiempo y económico en ese momento, pero que a medio y largo plazo sería más rentable.

Otro problema importante, que afecta a la salud de las personas con discapacidad intelectual es la dificultad de inculcarles hábitos saludables, ya que además de presentar unas tasas de enfermedades más elevadas que la población general, la mayoría tienen una vida sedentaria y obesidad.

El alto consumo de psicofármacos, es un factor de riesgo para la reducción de la esperanza de vida, además de muchas enfermedades «enmascaradas» por la discapacidad o por la medicación, como la hipertensión, que puede ocultarse por la cantidad de fármacos que generan hipotensión, o la artritis, que sólo se diagnostica si el paciente manifiesta el dolor.

Es muy importante el cumplimiento estricto de las pautas farmacológicas, la dosis correcta para evitar sobredosificaciones, evitar errores en la preparación/administración, máxima higiene en la manipulación de los fármacos, vigilancia de los tratamientos en pacientes con incompatibilidades, interacciones o alergias, utilizar el tiempo necesario, etc.

Con todo esto el equipo sanitario y farmacológico podrán atender de forma correcta al paciente y proporcionar la máxima garantía de administración de los medicamentos. Es decir, se dará “la dosis y fármaco correcto, al paciente apropiado por la vía prescrita y en el momento indicado.”

reloj y pastillas

Como cualquier persona que esté polimedicada, las personas con discapacidad intelectual, tienen mayor riesgo de presentar más efectos secundarios, tener aumento de sus problemas y que la respuesta del tratamiento médico no sea la adecuada, lo que lleva a aumentar el número de fármacos agravando la situación, teniendo repercusión directa sobre la salud, asociándose a mayor riesgo de caídas, peor funcionalidad física, incremento de hospitalizaciones, etc.

Todo esto no quiere decir, que se deje de tratar y de administrar toda la medicación necesaria, siempre hay que valorar los efectos positivos y negativos de los tratamientos y actuar en consecuencia, habrá personas que precisen más fármacos de los que toman, otras menos y en otras habrá que ajustar dosis o compuestos, el objetivo es conseguir el máximo control de sus enfermedades, “siempre pensando en ellos”, no en nosotros.

Por tanto, es muy importante, realizar un programa donde todas las especialidades trabajen conjuntamente intentando tratar todas las patologías de forma conjunta, para que de esta forma el número de fármacos usado fuera el menor posible consiguiendo mejores resultados y menores efectos secundarios. Se debe de intentar conseguir respuestas individuales para cada persona y combinar estos equipos multidisciplinares con prevención y vida sana que contribuirá a mejorar su calidad de vida y su integración.

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Rosalía Reyes Morillas

Médico de la Asociación San José