Educar en valores significa extender el alcance de la educación, de manera que no se limite a enseñar o aprender  contenidos de las diferentes materias o habilidades específicas de cada trabajo u oficio. Significa que,  “tomando como base la ética y el civismo, debemos  hacer que el día de mañana nuestro alumnado sean ciudadanos y ciudadanas responsables”.

     Hemos de convertir a nuestros alumnos y alumnas en pequeños rescoldos de respeto e implicación social, facilitando al mismo tiempo su plena inclusión.

     Los tres ámbitos que componen los Programas de Formación y Transición a la Vida Adulta y Laboral, esto es, el Ámbito de Autonomía Personal en la vida diaria, el de Integración Social y Comunitaria y por último, el Ámbito de Habilidades y Destrezas Laborales, son fundamentales en el desarrollo de nuestro alumnado como personas. No obstante, sin valores tan importantes como el respeto o la tolerancia que lo impregnen todo, tanto su inclusión social como su incorporación al mundo laboral pueden quedar seriamente mermados.

     Las familias y los profesionales que nos dedicamos a la educación y formación en la Asociación “San José”, no podemos nunca olvidar que los buenos resultados en la educación de nuestro alumnado serán  fruto de la buena comunicación entre ambos agentes de su proceso educativo;  deberíamos fomentar valores tales como:

  • Respeto a la diversidad: respetando las diferencias y las limitaciones individuales.
  • Amabilidad: nuestros alumnos no han nacido con ella, sino que es un valor que se ha de aprender a lo largo de la vida y en la medida que nos compete, nosotros debemos fomentarla.
  • Perseverancia: superando las dificultades que encuentren para alcanzar un objetivo marcado, ya sea con ayuda o de forma autónoma.
  • Colaboración.: aprendiendo a ayudar a los demás de forma desinteresada.
  • Empatía. Cuando un alumn@ hace algo inapropiado, se le han de plantear 3 preguntas que ayudarán a educar este valor y al mismo tiempo la sociabilidad:

¿Cómo crees que se ha sentido la persona a la que has perjudicado?.

¿Cómo te sentirías tú si te lo hubieran hecho a ti?.

¿Qué puedes hacer para solucionarlo?.

  • Puntualidad: hemos de enseñarles a priorizar las diferentes tareas que han de acometer a lo largo del día, hacerles entender  que nadie contratará a una persona que llega tarde a una entrevista de trabajo o llega todos los días unos minutos tarde al mismo.
  • Coraje: este valor les ayudará a sacar fuerzas y tomar conciencia de sus debilidades, enfrentándose a pequeños desafíos en todos los ámbitos donde se desarrollará su vida: familiar, social y laboral.
  • Respeto al bien común: hemos de enseñarles a respetar la naturaleza, pero también, para nuestra convivencia en sociedad, enseñarles a respetar calles y lugares de disfrute común, así como el mobiliario urbano.
  • Paciencia: debemos predicar con el ejemplo y enseñarles que les ayudaremos en todo aquello que esté a nuestro alcance, pero “NO YA”, a no ser que sea urgente su resolución.
  • Optimismo: una persona optimista es menos insegura, sabrá convivir con el aburrimiento y la apatía, tendrá menos posibilidades de sufrir ansiedad o depresión, vivirá sin estrés, y por consiguiente, será más tranquila y relajada.

 

     Si entre todos y todas trabajamos al unísono, haremos de nuestro alumnado, de vuestros hijos e hijas, mejores personas que se enfrenten al mundo con una actitud altamente positiva, además de ser individuos laboralmente productivos.

     Y nada mejor para finalizar este artículo que hacer mía, y ahora vuestra, una reflexión de un gran pensador: Mahatma Gandhi:

“La vida me ha enseñado…
que la gente es amable, si yo soy amable.
Que las personas están tristes, si estoy triste.
Que todos me quieren, si yo los quiero.
Que todos son malos, si yo los odio.
Que hay caras sonrientes, si les sonrío.
Que hay caras amargas, si estoy amargado.
Que el mundo es feliz, si yo soy feliz.
Que la gente es desagradable, si yo soy desagradable.
Que las personas son agradecidas, si yo soy agradecido.
La vida es como un espejo: si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa.
La actitud que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.”

 

Fracisco Jibaja
Maestro de Educación Especial

 

[adrotate banner=»14″]