Con el ‘objetivo trabajo’ vanzamos paso a paso en el reto de lograr la inclusión sociolaboral de las personas con discapacidad intelectual, y visitamos la sede del SAE
Texto adaptado a Lectura Fácil
Visitamos el SAE.
El SAE es la oficina de empleo.
que antes se conocía como INEM.
Hablamos de inclusión
que es lo contrario a exclusión.
Decimos que una persona está excluida
cuando está fuera,
aunque en realidad es cuando se siente fuera.
Las personas excluidas del entorno sociolaboral
son aquellas que por su vida y forma de ser no tienen trabajo.
El trabajo te hace sentir mejor contigo y
te ayuda a demostrar lo que eres capaz de hacer.
Las personas que más sufren esta exclusión son:
- Mujeres solas y con hijos
- Mujeres víctimas de violencia de género
- Personas con más de 45 años
- Personas venidas de otros países
- Y personas jóvenes que no tienen estudios o formación
También las personas con discapacidad intelectual.
Para lograr trabajar
lo primero es mirar lo que puedes hacer y lo que quieres hacer.
También cómo puedes aprender todo sobre un trabajo.
El currículum es un resumen de las cosas que sabes hacer y
sirve para que quien puede contratarte sepa de lo que eres capaz.
Además hay que hacer algunos trámites.
En el SAE nos apuntamos para pedir trabajo o
mejorar el que tenemos, y
conocemos las ofertas de empleo y
cursos para formarnos más.
Cuando hablamos de ‘inclusión sociolaboral’ abordamos en una sola expresión todo un proceso tan ambicioso como necesario. Perseveramos en el objetivo trabajo.
Esta inclusión, que está condicionada por la persona afectada, toca irremisiblemente al ámbito social en que se desenvuelve.
“El trabajo dignifica”
Esta es una expresión conocida, que no concluye que quien no trabaja no tiene dignidad.
La realización personal pasa por el ejercicio de actividades que dignifiquen a la persona.
Es cuando existe la necesidad de trabajar donde se puede hablar de dignidad.
El trabajo te hace sentir autónomo, seguro y capaz de demostrar que eres capaz.
En el marco de nuestra sociedad, la exclusión se localiza en situaciones como:
- Mujeres con responsabilidades no compartidas
- Mujeres víctimas de violencia de género
- Mayores de 45 años
- Migrantes
- Jóvenes sin experiencia ni formación
Además de otras, también en las personas con discapacidad intelectual. Cada persona con discapacidad intelectual también tienen su propio objetivo trabajo.
Parece claro que lo primero por hacer es analizar la realidad de estas personas.
A este proceso analítico sobre la persona, su entorno familiar y social sigue el de sus capacidades.
Es determinante saber qué se sabe y qué se puede hacer. Pero no se puede obviar la realidad de qué se puede aprender.
En este camino de la ‘inclusión’, el paso inmediato es diseñar un itinerario personalizado.
Hacer un currículum desde el propio bagaje y las inquietudes personales, conocer los trámites para gestionar la búsqueda de empleo y sondear posibilidades de formación.
De alguna manera así se anda el camino del objetivo trabajo.
Contamos con el apoyo del Programa de Orientación e Inserción Laboral subvencionado con fondos de la casilla de fines sociales de la declaración de la Renta a través de Plena Inclusión Andalucía.
